Escriben: Kenneth Vargas y Herbert Cáceres
Yehude Simon, precandidato de Únete por otra Democracia, se perfila como uno de los contendientes del próximo escenario electoral del 2016. Charlamos con él sobre la nueva Ley Universitaria, el empleo juvenil y demás temas de agenda en los que expresa un interesante perfil político de izquierda con mirada hacia el futuro. El expremier intentará la hazaña de cohesionar a fuerzas como el MAS, Patria Roja, Fuerza Social y el Partido Socialista ¿Lo logrará?- ¿Cuál es su punto de vista respecto a la Ley Universitaria?
- Hay que reconocer que el país necesitaba una nueva Ley Universitaria y la pidió en la medida de que la educación universitaria se fue prostituyendo. No era lógico que un alumno de San Marcos tenga el mismo peso que un alumno de una universidad que funciona en una cochera. Además, muchas autoridades eran elegidas por acuerdos políticos y no por sus méritos profesionales, entonces se confundía a una universidad con un partido político determinado.
- ¿Su consigna es cambiar la ley en 2016?
- Yo digo que la ley surgió de dicha realidad. Por la corrupción en las universidades. La ley tiene virtudes porque obliga al estudiante a asumir su papel de verdad, que domine un idioma extranjero, y exige tener bibliotecas o laboratorios. Además, los estudiantes ahora pueden elegir a sus autoridades por voto universal. Sin embargo, hay cosas con las que no estoy de acuerdo, por ejemplo, el poco valor que se le da a las personas mayores de 70 años. No nos podemos dar el lujo de sacar buenos investigadores solo por el límite de edad. Tampoco golpea con fuerza a la universidad privada con fines de lucro, que conserva muchos beneficios.
- ¿Cómo controlaría a las universidades con fines de lucro?
- Son universidades que usan sus fondos para destinar sueldos millonarios a sus familiares y hacer campañas electorales. Hay universidades que compran movilidades libres de impuestos como promoción para la universidad, pero terminan siendo usadas para otra cosa. Yo creo que hay que repetir un poco la experiencia del presidente Correa en Ecuador: cerrar todas las universidades de cochera, y que sus estudiantes pasen a otras universidades.
- ¿Cómo hacer una universidad científica?
Yo invertiría mayor porcentaje del canon de nuestras riquezas naturales en ciencia y tecnología, tal vez en un 2 o 3%. Tanto en investigación científica técnica como científica humanitaria.
En relación a rectores de las universidades Pedro Ruiz Gallo, San Marcos y Garcilaso de la Vega ¿qué se puede hacer frente al problema de la corrupción?
Cuando alguien es corrupto ya interviene el Poder Judicial y no la Ley Universitaria, ahí viene el problema de la interpretación de la Ley Universitaria. Hay universidades con casos de corrupción que no se intervienen porque hay congresistas que tienen alguna obligación o interés personal.
- ¿Los congresistas con obligaciones con esas universidades no deben participar de esos temas?
- Definitivamente, ya que defienden sus intereses. Yo promulgaría una ley de muerte civil, ya que la sociedad debe corregir a las personas corruptas. Somos muy contemplativos y no tenemos visión de país transparente.
- Por otro lado, ¿qué propone respecto a la ley laboral juvenil? y ¿cómo lograr que los jóvenes no sean los chivos expiatorios?
- Urge pensar en cómo revolvemos el trabajo de los jóvenes no solo pensando en estabilidad laboral, sino en darles oportunidades de trabajo respetando todos sus derechos, además de capacitaciones, porque no todos los jóvenes pueden acceder a la educación superior debido a la pobreza. En general, plantearemos una ley laboral integral que no sacrifique a la juventud como ovejas.
- Creo que tendrá la misión de impedir que dos grandes remanentes de corrupción como el aprismo o el fujimorismo lleguen al sillón presidencial, ¿sienten esa responsabilidad a flor de piel?
- Yo respeto al APRA por tradición, a los buenos apristas. En cuanto al Fujimorismo igual, tiene un activo interesante, sus obras realizadas, pero tiene un pasivo muy negativo, no solo por un tema de violación de derechos humanos, sino también persecución a empresarios o haber cerrado empresas públicas a precios ilógicos. Keiko Fujimori no hizo una autocrítica real y la rodea mucha gente que acompañó a su padre durante su gobierno.
- Es casi inminente que uno de los dos va a estar en segundo vuelta.
- Yo creo que sí, pero este es un país de sorpresas. Y la responsabilidad nuestra es mantener la unidad de la izquierda, a pesar de que no somos homogéneos. Hay que recuperar lo que significó la izquierda en los 80. Sin ningún temor la población votaba y pudimos llegar a ser la primera fuerza. La consigna ahora es repetir experiencias como las de Lula o Mujica.
- Precisamente, creo que usted quiere ser el Mujica peruano.
- No, yo quiero ser un buen líder peruano pero sin dejar de mirar las cosas buenas. Mujica es ejemplar desde la transparencia, la honradez y la humildad, y ya quisiera uno repetir esa experiencia. O sea, no te digo ser él. Quiero superarlo. No te olvides que Mujica fue guerrillero, y Uruguay ha demostrado que sí puede elegir a un guerrillero izquierdista.
- ¿Superar a Mujica es uno de sus retos? (...) parece una odisea.
- Superar al pdte. Mujica en imagen y superarlo en manejo de país. Evidentemente Uruguay es un país muy pequeño, mientras que Perú es el tercer país más grande de América del Sur, además de ser un país absolutamente heterogéneo, y ni siquiera nos entendemos, no hemos logrado integrarnos. Mi mensaje es que no estamos contra la empresa privada. Necesitamos de la inversión privada nacional y extranjera. Tampoco estamos en contra de la minería. No somos una izquierda estatista ni miramos con malos ojos el capital.
- Respecto a sus aliados, ¿Usted pone las manos al fuego por el señor Gregorio Santos del MAS?
- Yo he aprendido a no poner las manos al fuego por nadie, porque dentro de mi propio partido tuve autoridades que expulsamos a los 30 segundos por esos temas. En el caso de Gregorio Santos yo no puedo decir que es corrupto porque no me consta, hay investigaciones que tienen que seguir en el Poder Judicial. De probarse algo no seguiré más. Eso es seguro.
- ¿Cómo manejará su apoyo a minorías, como la comunidad LGBT, frente a la posición de sectores conservadores? Es decir, ¿cambiaría de posición de acuerdo al escenario electoral?
- Sería muy hipócrita lanzar un mensaje en función de los votos para después hacer lo contrario. Si llego al gobierno, voy a defender los derechos de estas personas.
- ¿El matrimonio gay sería una opción?
- Hay que dar pasos, un primer paso sería la unión civil. Esta es una sociedad muy conservadora y eso complicaría algunas cosas.
- ¿Cuál es su postura respecto a la eutanasia y la legalización de la marihuana?
- La decisión tiene que ser familiar y personal. Una religión no me puede imponer lo que tengo que hacer. Eso no es ser ultraliberal, eso es ser justo. Respecto a la legalización de la marihuana, el tema debería ser bien estudiado, porque podría ser muy dañino para el país.
- ¿Qué se puede hacer con el Movadef para sanar las heridas sociales?
- Nuestro partido trabajará un proceso de reconciliación de tal forma que no sigamos viviendo en el pasado.
- ¿En relación al medioambiente, como actuar frente a proyectos como Toromocho (Chinalco) o Tía María?
- Debemos actuar con inteligencia. Tengo en consideración muchas observaciones técnicas. En materia ambiental no habrá peros ni clemencia. Preservar el medioambiente será un pilar de nuestro programa.
- Por último, ¿qué le diría a la comunidad sanmarquina indignada por el Baguazo?
- Que yo dialogué con todos los dirigentes e hice todos los esfuerzos para que no exista ningún tipo de violencia. Si la hubo fue por elementos infiltrados en ambos bandos que la incentivaron. Yo asumo la responsabilidad política por ser primer ministro, pero de ninguna manera jugué a la muerte ni a que esto se resuelve así. No te olvides que hubo otros ministros en la votación.
- ¿Entonces carga de responsabilidad a Mercedes Aráoz y Mercedes Cabanillas?
No te voy a decir que ellas son las culpables ni que tomaron decisiones a sangre fría. Nadie en la PCM quería está desgracia. Aun así la gente con el tiempo sabrá sopesar la responsabilidad de cada uno. Lo que sí te aseguro es que si tuviera que recibir 50 latigazos para aliviar el dolor por la pérdida de nuestros hermanos de Bagua lo haría con gusto.
Esto es muy triste, pero de cara al futuro entablaremos una política de diálogo jamás concebida ni en este ni en otros gobiernos.
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